Posiblemente, en más de una ocasión has tenido que lidiar con alguna reacción violenta o comportamiento exacerbado de la persona a la que cuidas. No es en absoluto agradable y, en ocasiones, aparecen tan de repente que no sabes cómo actuar en ese momento.
En estas líneas presentamos posibles causas de ese comportamiento y algunas ideas de cómo poder gestionarlo cuando sucede.
¿Por qué la persona a la que cuido reacciona de manera agresiva?
En general, este tipo de reacciones se producen como consecuencia de:
Defensa ante la sensación de que se está invadiendo su espacio personal (por ejemplo, ayudar a una persona en el aseo diario puede provocarle vergüenza u otras sensaciones desagradables).
Sentimientos de incapacidad o frustración al no poder realizar las actividades más básicas (vestirse, desplazarse, comunicarse). Frustración por tener que aceptar que ya no se es tan independiente como antes.
Reacción ante una acción del cuidador (por ejemplo, el cuidador principal sale de casa y la persona dependiente lo vive como si le abandonara).
Cambios en el entorno inmediato (cambio en los horarios u otra rutina cotidiana).
Depresión, efectos de alguna medicación, dolor, etc.
Cómo reducir los comportamientos agresivos de la persona a la que cuido:
Consulta con tu médico (consulta si alguna enfermedad o medicamento que esté tomando puede provocar esa agresividad).
Fomenta todo lo posible la autonomía de la persona a la que cuidas.
Trata de mantener sus rutinas, hacer el menor número de cambios posible en su vida diaria.
En la medida de lo posible, no le prestes atención cuando se comporte de modo agresivo.
Elógiale cuando se comporte positivamente.
Intenta que realice actividades que le impidan comportarse agresivamente.
Qué hacer ante el comportamiento agresivo de la persona a la cuido
Actúa con calma y tranquilidad.
Trata de distraer su atención.
Explica en todo momento qué vas a hacer, paso a paso (así evitarás malas interpretaciones).
Pregúntale en un tono amable qué le ocurre y dile que estás dispuesto a escucharle y que juntos intentaréis solucionarlo. Respeta si la persona no quiere hablar y dale tiempo para que se calme.
Elimina objetos peligrosos de la vista.
Si la violencia persiste, asegúrale que no se le hará daño y sujétale, únicamente, por los brazos (de la forma más suave posible).
Esperamos que esta información te ayude a prevenir y gestionar, este tipo de conductas tan complicadas que en ocasiones puede presentar la persona a la que cuidas.
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