Hoy queremos dejaros un fragmento del libro “Los 88 peldaños de la gente feliz”, del autor Anxo Pérez, para reflexionar, no solo sobre la importancia de pedir ayuda, sino también de la creación de vínculos y conexión con las personas que genera el hacerlo.
“¿Qué preferirías, ser una persona perfectamente autosuficiente que no necesita apoyarse en nadie, o ser una persona que tiene que apoyarse en otros para cubrir algunas necesidades (externas)? Casi todos elegiríamos lo primero y, sin embargo, hay mucha más felicidad en lo segundo: Cuando eres autosuficiente y no tienes necesidad de apoyarte en los demás, esto conduce al aislamiento, mientras que, cuando necesitas de su ayuda, incluso con asuntos menores, esto te conecta con la gente. Es lo que yo llamo la “teoría de la sal”:
MeValgoSolo es un señor de expresión seria, poco amigable, arisco y ermitaño. Vive en la planta cuatro del edificio. PidoAyuda es un hombre viudo, papá de una hija adolescente, muy sociable y tremendamente despistado. Vive en la quinta planta. Cada vez que le hace falta sal, sin pensarlo dos veces, llama a la puerta del primer vecino que le cuadra, suelta una carcajada genuina y saluda con un: “Soy el despistado del quinto”. Ambos se ríen; a sus vecinos les agrada la sorpresa y todos acaban regalándole más sal de la que él necesita. MeValgoSolo intenta que nunca le falte de nada para no tener que pedir nada a nadie. El día que le falta sal, se enfada consigo mismo, pero por supuesto, nunca se permite tragarse su orgullo y no acude a ningún vecino a pedírsela.
Ahora viene lo interesante. ¿Sabes con quién se fueron de vacaciones PidoAyuda y su hija adolescente? Con un grupo divertidísimo y aventurero que le presentó la familia del tercer piso. ¿Sabes quién ayuda a su hija a superar la muerte de su madre? El hijo del vecino del segundo que tiene exactamente su misma edad. ¿Sabes con quién acaba de montar un negocio que le va estupendamente? Con otro papá del primero que también es informático como él. Y la pregunta más importante. ¿Sabes como los conoció? Gracias a que le faltaba algo tan insignificante como la sal.
Aprende de PidoAyuda…y pídela”.
Esperamos que esta breve lectura os haga reflexionar y pensar en las pequeñas cosas de la vida: compartir momentos, vivir experiencias y aprendizajes de las personas que nos rodean.
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